martes, 31 de julio de 2012
Un palacio junto al cielo
Corría el año 1916, cuando en el olvidado lugar de Tarna, cerca del puerto del mismo nombre, una legión de obreros iban levantando una construcción majestuosa, desproporcionada para las míseras casuchas de aquel perdido pueblo casín. Eran años de escasez y de hambre. Aquellas gentes, a duras penas subsistían con los menguados ingresos que podían conseguir con la ganadería y la fabricación de madreñas, que luego vendían en los pueblos del entorno.
Era una economía puramente de subsistencia. Sin embargo, un vecino suyo, emigrante en Cuba, donde amasó una fortuna incalculable, José Simón, quiso construir en el lugar de su nacimiento, la más fastuosa casa de todo el concejo, sin escatimar en gastos ni opulencia.
Las carretas y animales de carga, subían sin cesar por las empinadas cuestas, desafiando los pasos y abismos que mostraba la rudimentaria pista de tierra y piedra, pues aún no se había construido la carretera actual. Era el sueño de un visionario, pero que amaba profundamente el lugar donde nació.
El edificio, construido sobre uno anterior, según consta en escritos del siglo XVII, era conocido como “La Casona” por los vecinos del pueblo, aunque él, quiso bautizarlo como Villa Lucila, en honor de su mujer, del mismo nombre.
La casa, imponente, iba cogiendo forma, y los pisos se sucedían, hasta alcanzar los tres. Delante una escalera muy amplia conducía a las amplias estancias, donde las duchas del primer piso, eran un lujo nunca visto por aquellas pobres gentes, amen de los cuartos de choferes y servidumbre y las salas y estancias reservadas para los dueños y sus invitados.
En nuestro concejo hay muy pocos vestigios de arquitectura indiana. A pesar de sufrir una fuerte emigración a ultramar, quizás fuera esta la más representativa mientras se mantuvo en pie, pues durante la guerra sirvió de refugio a uno de los bandos en liza, y luego fue bombardeada junto con el resto del pueblo, quedando totalmente destruida.
Ruinas de Tarna, con el palacio detras de la iglesia.
En las viejas fotografías que mostramos, se ve el alcance de la destrucción provocada por los bombardeos y de los huidos que volaban los edificios para no dejar techo a las columnas que entraban por el puerto.
Durante la estancia de los Simones en sus temporadas veraniegas, los mas viejos se acuerdan de entrar a trabajar a su servicio, ni que decir tiene, que durante el tiempo que duraban sus vacaciones estivales, mitigaban en gran medida el hambre y la escasez de aquellas gentes, tan poco acostumbradas a aquel lujo, para ellos inalcanzable. Solamente, nos cuentan, viajaba con ellos una cocinera que tenían en sus mansiones de Madrid y Barcelona, donde también tenían casas.
Estos personajes, pues eran dos, primos entre sí, se llamaban José Simón González, y José Simón Corral, apodadado este último “Corralin “.
Jose Simón Corral.
El primero hizo fortuna en Cuba, con múltiples negocios, aunque de los más importantes fue una compañía naviera de su mismo nombre. También llego a ser presidente del Centro asturiano de La Habana en el año 1928 a 1929, o sea, fue un hombre bastante poderoso en su tiempo.
Hoy, de aquel imperio, no queda nada. La tradicional sagacidad para los negocios, de que dieron buena muestra muchos casinos, tiene en “los Simones “una de sus mas destacados ejemplos, incluso me atrevería a decir que el pueblo tarnín, uno de los mas antiguos de Caso, según rezan documentos que lo mencionan allá por el siglo X, fue cuna de los que mas fortuna hicieron fuera de su tierra.
Si algún día vais a Tarna, acercaros a la imponente reja de hierro que circunda la finca, único resto que queda de aquella mansión, junto a una portalada, que aún conserva grabado el nombre de la mujer para quien fue construida: Villa Lucila.
Un palacio junto al cielo.
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3 comentarios:
¡Que interesante!
No tenía ni idea de que hubiera existido en Tarna una casa así.
hola amigo !!!me han pasado este blog, porque soy descendiente de los Simones.....de Pedro Simón Corral...y es realmente fastuoso lo que veo, nunca me lo habría imaginado...........
(soy bloggera, pero de manualidades, jeeee)
gracias por mostrar cosas de Tarna.
Cariños !!!
¿ ya sabes que soy yo, no, Elida ? Monchu Calvo
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