miércoles, 23 de noviembre de 2011

Los enemigos del paisaje

A raiz de las desafortunadas declaraciones de una representante “ecologista” en el patronato del Parque de los Picos de Europa, me gustaría aportar algunas consideraciones:
Los espacios naturales asturianos deben su tipología a los habitantes ancestrales que siempre desde muchos años estuvieron “ahí”, ganaderos,pastores y vecinos de los pueblos de su entorno.

Ellos fueron los artífices de la construcción de las mayadas y cuerrias, de los senderos, bebederos y fuentes, y todo lo necesario para que la vida en aquellos espacios fuese lo mas llevadera posible. Aprovechaban los materiales que abundaban en aquellos parajes para construir sus cabañas y así, en la zona occidental, utilizaban el piornu para cubrir las techumbres, y en otras zonas de Asturias, era las llábanas y la teja artesanal la que tenia mas importancia. Los pastos con que alimentaban sus ganados tenían un continuo mantenimiento, con la atención a los canales de riego, las quemas de maleza y helechos, y los desbroces periódicos de senderos y caminos, con el fin de que el elemento sobre el que giraba su subsistencia que era el ganado de todo tipo, pudiera estar lo mejor posible en aquellos lugares.
El binomio pastor-ganado, fue una misma cosa durante cientos de años y hoy en los parques Naturales de Asturias y otros lugares sin esa calificación, lo que observamos en nuestros paseos es un equilibrio entre intervención humana y naturaleza.


Quizás esta frase ahora mismo ya no tenga ese mismo valor, y aquí expongo el motivo de lo que yo creo no se esta haciendo bien. En la actualidad el tema del pastoreo tradicional, esta cayendo en desuso, primero porque los antiguos habitantes de nuestros pueblos, muchos han desaparecido, y con ellos su peculiar e inteligente forma de servirse de la naturaleza sin esquilmar sus recursos. Su sabiduría en las construcciones y la manera de atender sus reses, era pasada de generación en generación, con las mejoras y los medios que se iban aportando con el paso de los años. Allí, nadie de fuera les dictaba ninguna norma. Esas eran consensuadas en las reuniones “a toque de campana” y allí se decidía la fecha de subir a los puertos, las quemas y las rozas, la atención a los caminos y fuentes, y todo eso en un clima de colaboración, porque lo que era bueno para uno, debía serlo para todos, y así se funcionaba.
Hoy, desaparecida en gran parte aquella riqueza humana, toman el relevo, los técnicos y expertos del medio ambiente. Desde lejanos despachos, personajes que lo mas parecido que vieron natural, fueron los documentales de la 2, dictan normas, declaran Parques Naturales cuando les parece, a los moradores de esos lugares, son los últimos a quien se tienen en cuenta, y trazan un sistema de funcionamiento, que con el fin de salvaguardar el paisaje, acorralan la libre decisión de los verdaderamente dueños de esas tierras, que son sus vecinos.
A partir de ese momento, todas las decisiones las toman esa gentes, y lo primero que hacen es nombrar guardianes con capacidad sancionadora, para que nadie haga nada que “ellos” no permitan. Es a partir de ahí, cuando las gentes de nuestros espacios naturales, empiezan a ver a los intrusos como enemigos suyos. Sus árboles, fincas, cabañas,etc.. tienen que solicitar permiso para cualquier intervención sobre ellos, lo mismo para cazar, pescar ó trasladar el ganado de un sitio a otro. Es a partir de esas actuaciones cuando se rompe el equilibrio, y se empieza a abandonar lo que antes se cuidaba, y además gratis, ya que no te esta permitido hacerlo por tu cuenta. Tienen que autorizarte.


Por lo tanto, se ciegan caminos, se derrumban cabañas, las fuentes se secan, y así todo lo demás. Cuando se quiere acometer alguna intervención por parte de los responsables, se hace mal, tarde y a un costo desorbitante. El ganadero, poco ve, de esa supuesta mejora en el hábitat, y desde luego todos ellos añoran la forma de hacer las cosas como antes se hacía.
Desde luego que tendría que existir una normativa en cuanto las actuaciones en esos espacios. No puede valer todo, pero si se quiere que las cosas trascurran dentro de una normalidad en cuanto a la intervención en el paisaje de nuestros montes y ríos, hay que tener en cuenta a los que siempre estuvieron en él. A los vecinos, ganaderos y pastores.
Luego se estudiará, su aprovechamiento turístico é incluso la creación de industria y actividades no contaminantes, que creen un tejido que pueda fijar población y añada valor a esos espacios.
El actual sistema de gestión, claramente, no esta funcionando, todo esta prohibido e incluso en terrenos de tu propiedad, no eres dueño de hacer ninguna intervención. Copiemos de otros lugares, algunos de España, incluso, y si no vayamos a ver los grandes destinos naturales europeos y comprobaremos lo mal que lo estamos haciendo en Asturias, con lo fácil que seria reproducir los sistemas donde están a gusto los vecinos del lugar y los responsables de su gestión.
Como anécdota que describe muy bien el actual estado de las cosas, les expongo un caso acaecido en Redes a un vecino del pueblo casín de Orlé: Este compró un prado, cerca de Bueres, solicitó permiso para su cierre, y estando una maquina excavadora limpiando la tierra para poner la portilla, aprovechó esta para aplanar un talud muy inclinado que dificultaba el paso de el tractor, luego extendió la tierra, y aquello quedo mucho mejor de lo que estaba.
A los dos meses le llega una sanción de 6.000 €, por modificar el terreno, del Seprona. Aduciendo la denuncia que en aquel talud, tenía su zona de paso un melandru, que, al parecer los guardias tenían controlado. El buen hombre, acompañó en su descargo una fotos donde se veía el terreno en la actualidad, y como lo que hizo allí, no supuso ningún cambio negativo. Al revés, quedó el prado mucho mejor para el fín que se destina, que es el pasto. Bueno, después de mucho papeleo, al final la multa no fue efectiva, pero cosas como esta son las que nunca debieran ocurrir.
La señora Varona, representante de los ecologistas en el Parque de Picos, desde luego es un exponente de esa errónea gestión de un espacio natural, llámese Redes, Somiedo, o Fuentes del Narcea. No puedes nunca legislar contra las gentes que vivieron y forjaron un espacio sin necesidad de ninguna ayuda exterior, y encima lo hicieron muy bien. ¡ Que nadie venga a darles lecciones ahora ¡
Esta es una labor que tod@s los que nos sentimos comprometidos con la naturaleza, debemos de luchar por devolver el protagonismo a los habitantes de estos espacios, los únicos que nunca debieron de perderlo.

4 comentarios:

Xastre dijo...

No sabes la razón que tienes. Alguna entrada hice en mi blog sobre este mismo tema, para que hubiera algo de información sobre las leyes del Parque de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias y de la reserva de Muniel.los, prácticamente desconocidas, y sobre su aplicación efectiva.
Y las consecuencias de esa política de "protección" dictadas desde la distancia, sin contar con los paisanos de los pueblos, ya las vemos continuamente.
Un saludo.

Gonzalo de Suárez dijo...

Esta es la verdad sobre lo que está ocurriendo y no debería de ocurrir,¿quien mejor para cuidar del entorno natural que l@s que tienen que vivir de el.

Unknown dijo...

La clase política necesita ir a clase, y una vez que obtengan el certificado de aptitud, empezar desde abajo, para luego, si lo merecen, ir subiendo

Collectïvus Xistréu dijo...

Atinada y certera esta argumentación sobre la gestión de conservación de los Espacios Naturales. Totalmente de acuerdo, pues, los políticos siempre abordan las situaciones de la forma menos lógica posible, y siempre --a falta de método e ideas-- por la vía sancionadora que, como no, recae todas las veces sobre la parte más débil: la sufrida gente corriente.

Un saludo.